Hoy, ahora, por la ventana, veo el asfalto mojado por la lluvia de esta mañana. El sol se abre paso entre las nubes, hacia el poniente, y las paredes de los edificios se tiñen de tonos amarillentos. Al mismo tiempo, el telón de fondo de los edificios lo pone todavía el cielo encapotado, con tonos gris azulados.
El contraste transmite una sensación de irrealidad, como de planos recortados por separado (en días o lugares distintos) y superpuestos chapuceramente. En ocasiones como esta, si se abre un paréntesis en el tráfico, parece que se ha detenido el tiempo.